En los confines del sur (III) Emboscada en el corral de los Cojos

Los lugares del maquis señalados sobre el mapa del IGC de 1953.
Seguimos en el suroeste de la provincia de Toledo, en la confluencia de las cuatro provincias, para repasar el territorio que frecuentó la guerrilla antifranquista; en entradas anteriores de este blog os presentaba El Portillo de Estena y caseta de los Pernales, y la cueva de Moraleda; ahora, estimados lectores, os presento la cocina de los Cojos.


Al borde del camino de La Mina a Helechosa, a 3,741 kilómetros en línea recta hacia el sur de la aldea se encuentra una construcción, ahora en ruinas, que sirvió durante los años 40 y 50 de corral de ganado y vivienda de cabreros. Es una de las muchas casas de labor que pueblan el territorio del sureste toledano en su frontera con Extremadura y Ciudad Real; entre la Sierra de Altamira, o Sierra del Puerto como se la conoce por aquí, y el embalse del Cijara; el nombre del paraje es Pajarejo, en la sierra de Los Beatos, término municipal de Sevilleja de la Jara, territorio sur del anejo La Mina de Santa Quiteria. 



Enlace |  Situación de la casa de labor en Google Maps


Los ganaderos propietarios de Sevilleja, Miguel y Germán Sánchez Corroto, la habían construido en la falda del cerro Pajarejo, al borde del camino, destinada a albergar labriegos y ganado durante la temporada de laboreo. Los gañanes solían pasar la temporada por quincenas, arando el trozo que les habían asignado y volvían al pueblo a aprovisionarse; disponían de un corral amplio y una cuadra para dejar a las bestias y ellos tenían la cocina para vivir. 
La casilla podía dedicarse también a la ganadería: por la puerta ancha podía entrar el rebaño de cabras o de ovejas, descansar por la noche en el corral y dormir los animales más jóvenes resguardados en la tinada. En medio del corral solían cavarse hoyos en la peña que sirvieran para curtir pieles. 
Los pastores podían tener un rebaño de su propiedad o bien dedicarse a cuidar los animales de los demás vecinos; en este sentido la casilla de los Cojos esta situada en un lugar inmejorable, cerca de La Mina, al borde del camino y en la falda del monte que baja hasta el río Fresnedoso.



La vivienda (cocina o casilla, que da nombre a toda la construcción) es estrecha; mide 18 m2. En ella se encuentra una chimenea y un poyo que servía de asiento y de cama para una o dos personas. Se supone que había algún mueble, una mesa y alguna silla, utensilios de cocina y enseres como candiles, salero. Los alimentos podían almacenarse en parras, en garrafas, en bolsas de tela colgadas de la pared o en cestas de mimbre. En el vasar que está cerca de la chimenea no faltarían vasos, un porrón o alguna botella. 


Presentación de diapositivas (pulsar sobre la imagen para avanzar) 





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| Poema de Pedro Díaz Rodríguez |